Helen Martins. Nieu Bethesda, Sudáfrica

Domingo, Julio 23, 1989 - Salimos Anna Diegel y yo, de Goudini, balneario de aguas termales, siguiendo la N 1 hacia el Este hasta Beaufort West, donde tomamos la R 61 hasta Graaf-Reinet, un hermoso pueblo en el que nos detendríamos más adelante, sin la premura de llegar a Nieu Bethesda para vivir de cerca las esculturas de Helen Martins... Leer más

Trisagio de la Muerte.

Hoy dijo ella que no se reconciliaría con la vida. Pasó el Gran Cardenal regando incienso. Las manos se fueron descarnando, los huesos quedaron limpios, listos para ser enterrados. Ridículamente tenía ella un ramillete de violetas en una de las manos quebradas: "Quise nacer para ti en esta primavera precisa, sin que pase otra. En esta primavera precisa en que sufrí el baño de las endemoniadas y me purgué y me limpié y algo indeciso en el ambiente me dijo que volví a nacer... Leer más

Frigorífico del este

Me recosté en el asiento y traté de rastrear estos rápidos flujos de consciencia que atravesaban mi cerebro de tubos plásticos, sin timidez, pero con un aligeramiento casi etéreo. Sé que morí en 1973 cuando en Chile iban a fabricar carne vegetal. Sé que morí en 1973 cuando daban un parte de último minuto que me informó por última vez: había un fallo en el Skylab. Renací ayer y cuarenta y ocho horas más tarde --ahora los días tienen cuarenta y ocho horas-- no he salido aún de mi asombro de estar viva...Leer más

La fuente de cocoa

Un cafetín usado por el Tiempo. Usado por miles de bebedores de cerveza que chocaban los jarros de cristal gordo con una chispa alegre en los ojos, y que sin decir nada, querían decir: "Salud! por ti brindo, porque estás ahí, vivo y alegre". Mesas pequeñas, pequeñísimas, cuadradas, con manteles a cuadros blancos y rojos. Todas las mesas, apretadas una tan cerca de la otra que apenas puede uno pasar entre ellas... Leer más